El arzobispo de Rabat, Cristobal López Romero, nacido en Vélez-Rubio (Almería), uno de los siete cardenales españoles que entrarán en el Cónclave para elegir al nuevo Pontífice, ha asegurado que no tiene ninguna pretensión en ocupar este puesto. “Habría que estar loco. Hay que estar enfermo mental para desear ser Papa”, ha bromeado.
López Romero ha justificado que ser Obispo de Roma “sobrepasa a cualquier persona y, por lo tanto, pretender eso significa o bien estar mal de la cabeza y no hacerse cargo de lo que significa, o bien estar mal del corazón y tener ansias y pretensiones de poder». “Hay que estar enfermo mental para desear ser Papa, enfermo mental o enfermo espiritual”, ha ironizado.
En cualquier caso, ha precisado que una cosa es lo que “uno dice” pero, “si la Iglesia lo pide” y “los hermanos cardenales” le eligen, “no se puede decir” que no se está disponible. “Esa es otra actitud, pero desearlo y pretenderlo no existe entre nosotros aunque mucha gente no se lo crea”, ha insistido, en contraste con otros campos de la esfera pública como en la política, donde muchos candidatos se postulan.
Preguntado por aquellos que lo sitúan como favorito en las apuestas, López Romero ha recordado que “así se va a cumplir una vez más aquello de que quien entra al conclave papa, sale cardenal”. “Y como yo no tengo ninguna pretensión, es más, no me vería jamás en ese rol, pues que se hable de mí en estos inicios quiere decir que no caerá esa pesada carga sobre mis espaldas”, ha insistido.
“En la elección de Papa, la lógica no funciona demasiado”
Preguntado por aquellos que lo sitúan como favorito en las apuestas, López Romero ha recordado que “así se va a cumplir una vez más aquello de que quien entra al conclave papa, sale cardenal”. “Y como yo no tengo ninguna pretensión, es más, no me vería jamás en ese rol, pues que se hable de mí en estos inicios quiere decir que no caerá esa pesada carga sobre mis espaldas”, ha insistido.
fuente: as